El Ficus
Retusa, generalmente se lo conoce como un bonsái de interior, pero como todos
los árboles este es de exterior, con la diferencia de que es necesario
protegerlo de las heladas, ya que es de origen tropical. Si lo vas a tener
dentro de tu casa, es preciso que esté junto a una ventana. Los Ficus requieren
también de una elevada humedad en el ambiente, es por eso que muchas de las
veces no se acoplan bien dentro de casa, ya que les gusta disfrutar de pleno
sol.
En cuanto a la poda, esta especie responde muy bien
siempre y cuando se encuentren sanos y bien cuidados, antes de hacerlo, puede
ser de gran ayuda un ligero abono, lo puedes podar hasta mediados de veranos,
para que tenga el tiempo suficiente para volver a crecer.
El defoliado es muy útil a la hora de conseguir una
ramificación más abundante y con hojas más pequeñas para lograr una segunda
brotación, lo ideal es realizarlo en verano, ya que la primera germinación ha
llegado a su madurez. Es importante que tomes en cuenta que este proceso agota
un poco a los Ficus, por lo que solo se le debe realizar cada dos o tres años,
pero si no deseas hacerlo, también se lo puedo cultivar perfectamente sin el
defoliado.
Ya que el Ficus crece rápidamente, requiere ser
abonado con regularidad, sobre todo una vez por mes en verano, para que de esta
manera no le falten nutrientes, siguiendo las recomendaciones del producto que
se le esté poniendo.
Las plagas más comunes de esta especie son: la Araña
Roja, las cuales son ácaros que pican
las hojas, se las puede observar como pequeños puntos amarillos , los Trips ,
podrás notarlos porque las hojas picadas se pliegan y se vuelven refugio para
larvas, si lo percibes, deberás eliminarlos sacando las hojas afectadas y
tratar a tu bonsái con insecticida sistémico, la Cochinilla Algodonosas
desprenden una cantidad de melaza importante, la cual cae sobre las hojas y las
ennegrece al fermentar, se los reconoce por sus filamentos blancos semejantes a
algodón.
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