La multiplicación por acodo consiste en la obtención
de raíces de las ramas de una planta sin separarlas de la misma. Una vez
conseguimos que las ramas ramifiquen ya podemos separarlas de la planta madre.
Con el acodado igual que con la reproducción por esquejes estamos consiguiendo
un clon exacto de la planta que hemos multiplicado. Vamos a ver los distintos
tipos de acodado que se pueden realizar.
1.- Acodo aéreo.
Este tipo de acodado es el que se suele usar con los
árboles con mayor frecuencia, aunque también se puede usar con arbustos y
plantas. Se realizan unos cortes en la corteza de una rama y se rodea de
sustrato, se embolsa y se deja un tiempo hasta que se produce el enraizamiento.
Azaleas y camelia, acebos, higuera, laurel y algunos más se pueden reproducir
con este acodado
2.- Acodo simple: Típico de enredaderas y arbustos, se
entierra una rama baja, joven y flexible formando una curva, se le practica un
corte en dicha zona y se sujeta con una estaca. Se cubre y se deja fuera el
extremo con hojas. Zarzas, brezos y avellanos son algunos de los candidatos para
este tipo de acodo.
3.- Acodo de punta: Se introducen las puntas de las
ramas unos ocho centímetros en el suelo, se curva un poco y se sujeta con
alambres. Se suele usar con zarzamoras, groselleros y frambuesos.
4.-Acodo múltiple: Especialmente indicado para plantas
trepadoras como el jazmín, madreselva y demás. Requiere ramas largas y
flexibles, la técnica es idéntica al acodo simple sólo que se entierra varias
veces la misma rama para obtener varias plantas de una misma rama.
5.-Acodo en trinchera: Esta técnica se suele usar en
los viveros para multiplicar árboles frutales que son difíciles de reproducir
por otros métodos. Se planta el árbol muy inclinado, después se cubren las
ramas y el tronco dejando sólo las puntas de las ramas y los brotes nuevoal
aire. Se usa con manzanos, nogales y ciruelos.
6.-Acodo en montículo: En esta técnica se cubre el
tronco del árbol o arbusto plantado verticalmente en el suelo. Se han de cubrir
las ramas del árbol para que echen raíces. Es similar a la técnica anterior. Se
usa con manzanos, groselleros, arándanos y membrilleros
Características destacadas del
algarrobo negro: (Prosopis Nigra)
El algarrobo
negro es una especie de árbol nativa de América del Sur,
científicamente conocida como Prosopis nigra. Es un árbol de tamaño
mediano a grande, que puede alcanzar entre 4 y 20 metros de altura, con una
copa redondeada y, en algunos casos, un tronco espinoso.
El algarrobo negro: (Prosopis
Nigra)
Adaptación al entorno: Es
una especie muy resistente, adaptada a climas secos y áridos, y puede crecer en
suelos pobres.Pertenece a la familia de las Leguminosas También tolera el mal drenaje y puede sobrevivir
en sitios que se inundan periódicamente.
Fijación de nitrógeno: Al igual que otras leguminosas, establece una
relación simbiótica con bacterias del suelo que le permiten fijar el nitrógeno
atmosférico, enriqueciendo el suelo.
Madera: Su madera es reconocida por ser dura,
pesada y muy resistente, con baja
contracción. Es utilizada en la fabricación de muebles, pisos, postes y
barriles. También se destaca por su durabilidad natural ante hongos e insectos.
Importancia ecológica y cultural:
Desempeña un rol crucial en el ecosistema, proporcionando sombra, alimento y
refugio a diversas especies animales, y sus raíces ayudan a estabilizar el
suelo y prevenir la erosión. Históricamente, ha sido una fuente de recursos
vital para las comunidades de pueblos originarios de la región.
En resumen, el algarrobo negro
es un árbol de gran valor ecológico, económico y cultural en las regiones donde
se distribuye, especialmente en el centro y norte de Argentina, Bolivia,
Paraguay y Brasil. Es un recurso multifacético que ofrece madera,
alimento, forraje y beneficios para el medio ambiente.
Algarrobo Negro como Bonsái
El algarrobo negro (Prosopis
nigra) es una excelente elección para cultivar como bonsái, aunque presenta
algunos desafíos debido a sus características naturales. Suresistencia,
capacidad de adaptación y la belleza de su tronco y follaje lo hacen muy
atractivo para esta práctica.
Consideraciones clave para cultivar un algarrobo negro como
bonsái:
Origen y Adaptación: Al ser un árbol nativo de zonas áridas de
Sudamérica, el algarrobo negro está acostumbrado a condiciones difíciles. Esto
se traduce en una gran resistencia a la sequía y a diferentes tipos de suelo,
lo cual es una ventaja para el bonsaísta. Sin embargo, su vigoroso crecimiento
natural requiere una poda y manejo constantes.
Crecimiento Rápido y Poda: El
algarrobo negro tiene un crecimiento relativamente rápido. Esto es bueno para
engrosar el tronco y las ramas principales en las primeras etapas, pero
significa que necesitarás podas de formación y mantenimiento frecuentes para
controlar su tamaño y dar forma. La poda drástica es bien tolerada, lo que te
permite corregir errores o refinar el diseño.
Ramificación y Hojas: Sus hojas son pequeñas y compuestas, lo que se adapta
muy bien a la escala de un bonsái. La ramificación tiende a ser un poco
irregular al principio, por lo que es importante dirigir el crecimiento con la
poda y el alambrado desde joven para conseguir una estructura fina y densa.
Riego: Aunque es resistente a la sequía, como bonsái,
necesitará un riego regular y controlado. Lo ideal es dejar que el sustrato se
seque ligeramente entre riegos para evitar el encharcamiento, que podría pudrir
las raíces.
Sustrato: Utiliza un sustrato bien drenado. Una mezcla para
bonsái estándar con arena gruesa, pómice o akadama será adecuada. Esto es
crucial para la salud de las raíces y para evitar el exceso de humedad.
Ubicación: Necesita mucha luz solar directa para prosperar.
Si vives en un clima donde las temperaturas bajan mucho en invierno, será
prudente protegerlo de las heladas extremas, aunque es bastante resistente.
si se trabaja la ramificación desde temprano. Su corteza rugosa y el
potencial para un tronco grueso le dan un carácter antiguo muy deseado en los
bonsáis.
En resumen, el algarrobo negro es un candidato gratificante para bonsái
si estás dispuesto a dedicarle tiempo a su poda y formación. Su rusticidad y su
estética natural lo convierten en un espécimen único y muy apreciado.
El Ficus
variegado es una variedad de Ficus (como
el conocido Ficus benjamina o Ficus triangularis) que se caracteriza por tener hojas
con patrones de colores, generalmente verde y crema, blanco o incluso con
toques rosados. Esta variegación le da un aspecto muy llamativo y decorativo, lo que lo convierte en una planta de
interior muy popular. La particularidad de sus hojas es que las zonas más
claras carecen o tienen menos clorofila, lo que las hace más sensibles.
Mantenimiento
El mantenimiento del Ficus
variegado se basa en proporcionarle condiciones estables que simulen su hábitat
natural tropical, pero con especial atención a la luminosidad debido a sus
hojas variegadas. Son plantas que, una vez que encuentran su lugar ideal,
prefieren no ser movidas. La clave es el equilibrio: ni mucha agua, ni poca
luz, ni cambios bruscos.
Consejos Clave para
el Mantenimiento
Aquí te detallo los aspectos más
importantes para que tu Ficus variegado prospere:
Luz: Es fundamental para mantener la intensidad de la
variegación. Necesita luz brillante e indirecta. Evita el sol directo, especialmente en las horas
más intensas, ya que puede quemar las partes más claras de las hojas. Un lugar
cerca de una ventana orientada al este o al oeste, o unos metros alejado de una
ventana sur, suele ser ideal. Si recibe muy poca luz, las hojas pueden perder
su variegación y volverse completamente verdes.
Riego: El riego debe ser moderado y regular. La clave es dejar que la capa superior del
sustrato se seque al tacto antes de volver a regar. Esto suele ser cada 7-10
días en verano y cada 15 días en invierno. Un buen truco es clavar un palito de
madera en la tierra; si sale húmedo, espera un poco más. Evita
el encharcamiento a toda costa, ya
que es propenso a la pudrición de raíces. Asegúrate de que la maceta tenga buen
drenaje.
Humedad: Como planta tropical, el Ficus variegado agradece
la humedad
ambiental. Especialmente en invierno,
cuando la calefacción seca el aire, puedes pulverizar sus hojas con agua sin
cal o colocar la maceta sobre una bandeja con guijarros y agua (asegurándote de
que la base de la maceta no toque el agua).
Temperatura: Prefieren temperaturas estables, idealmente entre 18°C y
29°C. Son muy sensibles a los cambios bruscos de
temperatura y a las corrientes de aire frío, lo que puede provocar la caída de
hojas. Mantenlo alejado de ventanas que se abran con frecuencia, puertas o
sistemas de aire acondicionado/calefacción.
Sustrato: Necesita un sustrato bien
drenado y rico en nutrientes. Puedes usar
una mezcla para plantas de interior de buena calidad.
Fertilización: Durante la primavera y el verano (época de
crecimiento activo), fertiliza cada 2 a 4 semanas con un fertilizante
líquido balanceado para plantas de interior,
diluido a la mitad de la dosis recomendada. En otoño e invierno, reduce o
suspende la fertilización.
Poda: Puedes podarlo para mantener su forma y tamaño, o
para estimular un crecimiento más denso. Si podas, ten cuidado con el látex
blanco que suelta, ya que puede ser irritante.
Plagas y
Enfermedades: Son relativamente
resistentes, pero pueden ser susceptibles a plagas comunes como cochinillas,
araña rojaypulgones. Revisa las hojas regularmente y, si detectas
alguna plaga, trátala con un insecticida orgánico o jabón potásico. Los hongos
pueden aparecer por exceso de riego o falta de ventilación, manifestándose como
manchas en las hojas.
Repotaje: Repota tu Ficus cada 1 o 2 años, o cuando veas que
las raíces salen por los agujeros de drenaje. Elige una maceta ligeramente más
grande que la anterior.
Estabilidad: Una vez que encuentres el lugar ideal para tu
Ficus variegado, evita moverlo constantemente. Los Ficus en general son muy sensibles a los
cambios de ubicación y esto puede causar que pierdan hojas.
Con estos cuidados, tu Ficus
variegado puede ser una adición hermosa y duradera a tu hogar.
La Alocasia amazónica, también conocida como "Máscara
Africana" o "Oreja de Elefante Amazónica", es una planta
tropical muy popular por su espectacular follaje. Sus hojas son grandes, con
forma de flecha, de color verde oscuro brillante y con venas blancas o plateadas
muy marcadas que le dan un aspecto exótico y dramático. A pesar de su nombre,
no es originaria del Amazonas, sino de los bosques tropicales del sudeste
asiático.
Aquí te presento el concepto y el mantenimiento clave para esta hermosa
planta:
Concepto de la Alocasia
Amazónica
Es una planta rizomatosa (o tuberosa, dependiendo de la variedad) que
pertenece a la familia Araceae. En su hábitat natural, crece en el sotobosque,
recibiendo luz filtrada y beneficiándose de alta humedad. Es apreciada como
planta de interior por su atractivo estético y su capacidad para añadir un
toque tropical a cualquier espacio. Sin embargo, es importante tener en cuenta
que es tóxica si se
ingiere, por lo que debe mantenerse fuera del alcance de niños y mascotas.
Mantenimiento de la Alocasia
Amazónica
Para que tu Alocasia amazónica prospere, es fundamental recrear en lo
posible las condiciones de su entorno natural:
1. Luz:
Prefiere luz brillante e indirecta. Un
lugar cerca de una ventana orientada al este o al norte suele ser ideal.
Evita la luz solar directa, ya que puede quemar sus delicadas hojas,
causando manchas marrones o blanqueamiento.
No tolera condiciones de poca luz; si no recibe suficiente luz, perderá
el contraste de color en sus venas y eventualmente puede morir.
2. Riego:
Mantén el sustrato uniformemente húmedo, pero nunca
encharcado. Permite que los primeros 2-3 cm de la tierra se sequen antes de volver
a regar.
Un exceso de agua es el principal causante de pudrición de la raíz, que
se manifiesta con hojas amarillentas y un olor desagradable.
En invierno, durante su período de dormancia, reduce la frecuencia de
riego, ya que la planta consume menos agua y el sustrato tarda más en secarse.
Si ves gotas de agua en las puntas de las hojas (gutación), es una señal
de que la planta tiene suficiente agua.
3. Humedad:
Las Alocasias prosperan en alta humedad,
idealmente entre 60% y 80%.
Para aumentar la humedad,
puedes:
Rociar las hojas regularmente
con agua.
Colocar la maceta sobre una
bandeja con guijarros y agua (asegurándote de que la base de la maceta no toque
el agua).
Usar un humidificador cerca de
la planta.
Ubicarla en habitaciones
naturalmente más húmedas como la cocina o el baño.
La baja humedad puede provocar
puntas de las hojas marrones con halos amarillos.
4. Temperatura:
Prefieren temperaturas cálidas,
idealmente entre 18°C y 27°C.
Son sensibles a las corrientes
de aire frío y a los cambios bruscos de temperatura. Las temperaturas por
debajo de 15°C pueden ser perjudiciales.
5. Sustrato
y Maceta:
Requiere un sustrato
rico, con buen drenaje y aireación. Una
mezcla para plantas tropicales o aráceas que contenga turba, perlita, corteza
de pino y algo de arena es ideal.
Asegúrate de que la maceta tenga
agujeros
de drenaje para evitar el encharcamiento.
6. Fertilización:
Fertiliza cada 2 a 4 semanas
durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante
líquido equilibrado diluido a la mitad de la concentración recomendada.
Algunos cultivadores recomiendan
fertilizar con cada riego, especialmente si la planta está creciendo
activamente.
No es necesario fertilizar
durante los meses de invierno o el período de dormancia.
7. Poda:
Poda las hojas muertas o dañadas
para fomentar el nuevo crecimiento y mantener la planta con buen aspecto.
8. Plagas
y Enfermedades:
Las Alocasias pueden ser
susceptibles a plagas como:
Araña roja: Pequeños ácaros que dejan telarañas finas y
manchas amarillas o marrones en las hojas. La alta humedad ayuda a prevenirlas.
Tratar con agua fría, aceite de neem o jabón insecticida.
Cochinillas: Masas blancas y algodonosas en la planta. Tratar
limpiando con alcohol isopropílico o jabón insecticida.
Pulgones: Chupan la savia de la planta, debilitándola.
En cuanto a enfermedades:
Pudrición de la raíz: Causada por el exceso de riego. Retira la planta,
recorta las raíces podridas y trasplanta a un sustrato fresco y con buen
drenaje.
Manchas foliares: Causadas por bacterias u hongos, aparecen como
manchas marrones o negras. Retira las hojas afectadas y mejora la circulación
de aire.
9.
Propagación:
La forma más común de propagar
la Alocasia amazónica es por división de los rizomas o cormos.
Retira la planta de la maceta,
sacude el exceso de tierra y separa suavemente las secciones con raíces establecidas.
Cada sección se puede plantar en
su propia maceta con un sustrato adecuado.
Los cormos (pequeñas estructuras
bulbosas que se encuentran bajo el suelo) también se pueden enraizar en agua o
sustrato húmedo hasta que desarrollen raíces y hojas.
La Sansevieria, también conocida comúnmente como
"Planta Serpiente", "Lengua de Suegra" o "Espada de
San Jorge", es una planta de interior increíblemente popular y fácil de
cuidar. Es apreciada por su belleza arquitectónica y su resistencia, lo que la
convierte en una excelente opción tanto para principiantes como para amantes de
las plantas experimentados.
¿Como es la Sansevieria?
Sus características más
distintivas incluyen:
Hojas: Son su rasgo más llamativo.
Generalmente son largas, rígidas, puntiagudas y con forma de espada, creciendo
verticalmente desde una roseta basal. Varían en color, desde verdes oscuros con
bandas horizontales gris-verdosas (como piel de serpiente) hasta variedades con
bordes amarillos o tonos más plateados o casi negros. Algunas variedades tienen
hojas cilíndricas o en forma de roseta más compacta.
Textura: Las hojas suelen ser
carnosas y gruesas, lo que les permite almacenar agua, haciéndolas muy
tolerantes a la sequía.
Crecimiento: Son plantas de
crecimiento lento, especialmente en condiciones de poca luz. Sin embargo, en un
lugar con buena luz indirecta, pueden crecer más rápidamente. En su hábitat
natural, algunas variedades pueden alcanzar hasta 2 metros de altura, aunque en
interiores suelen ser más pequeñas.
Flores: Aunque raramente
florecen en interiores, las Sansevierias maduras pueden producir pequeñas
flores de color blanco verdoso a crema en un tallo alto. Algunas variedades
tienen flores fragantes por la noche.
Origen: Son nativas de las
regiones tropicales de África occidental, Madagascar y el sur de Asia.
¿Por qué es tan popular?
La Sansevieria debe su
popularidad a varias razones:
Bajo mantenimiento:
Es una de las plantas de interior más resistentes y tolerantes al descuido.
Puede sobrevivir con muy poca agua y luz, lo que la hace ideal para personas
ocupadas o que se consideran "mata plantas."
Adaptabilidad a la luz: Aunque
prefieren la luz indirecta brillante, pueden tolerar una amplia gama de
condiciones de luz, desde sombra hasta algo de sol directo (evita el sol
directo intenso de la tarde para no quemar las hojas).
Purificación del aire: Son
famosas por su capacidad para filtrar toxinas del aire como el formaldehído, el
benceno, el xileno y el tricloroetileno, mejorando la calidad del aire
interior. A diferencia de muchas otras plantas, la Sansevieria produce oxígeno
durante la noche, lo que la convierte en una excelente opción para dormitorios.
Estética: Su forma vertical y
sus patrones únicos las hacen muy decorativas y modernas, añadiendo un toque
elegante a cualquier espacio.
Beneficios para la salud: Además
de purificar el aire, tener plantas en casa puede mejorar el estado de ánimo,
reducir el estrés y aumentar la productividad. En el Feng Shui, se cree que
traen buena fortuna y energía positiva.
Bonsái, una práctica
ancestral originaria de Asia, es mucho más que el simple cultivo de árboles en
miniatura es una forma de arte viva que combina principio de horticultura,
estética y filosofía la palabra bonsái se traduce literalmente como “árbol en
maceta” (bon, significa bandeja o maceta, y sai, significa árbol o planta). Lo que
encapsula la esencia de esta diciplina, crear una representación miniaturizada
y armoniosa de un árbol maduro en su entorno natural, todo dentro de un
recipiente.
Pero la traducción
literal no alcanza para definir su espíritu. Podríamos decir que un bonsái es
un árbol o un arbusto en miniatura, la forma estilizada de un árbol silvestre,
una planta que soporto los embastes del viento y las lluvias, crece entre las
rocas y fue adaptando sus raíces en búsquedas de los nutrientes que necesita
para sobre vivir.
Para quienes
desconocen el arte del bonsái, los preconceptos están a la orden del día:
algunos creen que es un árbol mutilado y hambriento, mientras otros piensan que
es el fruto de extrañas manipulaciones genéticas. Pero por suerte, son muchos
más los hombres que ven el bonsái una verdadera obra de arte. De las
disciplinas artísticas, la que más se acerca al bonsái es la pintura de
paisajes: el deseo de reproducir la naturaleza en miniatura.
Como en el resto de las artes visuales, la composición la proporción, la
profundidad, el color y la textura juegan un importante papel: pero la
diferencia con el resto radica en el bonsái es una escritura viva, una obra de
arte dinámica en continua evolución.
El espíritu del
arte del bonsái: el bonsái, debe expresar la personalidad y el carácter de
quien lo ha cultivado. No existen semillas de bonsái, ni es el resultado de una
mutación genética, es el fruto de un prolongado y paciente trabajo que se
extiende a lo largo de la vida de la planta, aún más allá de la vida de quien
lo cuida.
Historia y Orígenes:
aunque a menudo se asocia con Japón, el bonsái tiene sus raíces en China, donde
se conocía como “penjing” o “penzai” hace más de mil años. Los monjes taoístas fueron
pioneros en esta práctica, creando paisajes en miniaturas que simbolizaban la armonía
entre el cielo y la tierra. Durante el periodo Heian (794- 1185) la práctica
llegó a Japón, donde evolucionó y se perfeccionó hasta convertirse en la forma
de arte que conocemos hoy. Los japoneses refinaron las técnicas, enfatizando la
simplicidad, el equilibrio y la expresión de la edad y la sabiduría del árbol.
El arte Kokedama es una técnica japonesa para cultivar plantas en
una bola de musgo, en lugar de macetas en las que crecen las plantas, tuvieron un-Muy próximos a la naturaleza, los japoneses gustan de reproducir en su
casa escenarios naturales donde las plantas crecen en un ambiente similar al
natural. De ahí nace el bonsái y toda su tradición.
El kokedama consiste en cultivar cierto tipo de plantas sobre unas
bolas de musgo vivo rellenas de sustrato. El kokedama entronca con una serie de
técnicas tradicionales japonesas como:
éxito inmediato en japón y ahora empezamos a encontrarlas en
Europa, refinado y de mantenimiento relativamente fácil, el kokedama tiene todo
el ingrediente para seducirnos.
el Nearai, que
consiste en el cultivo de plantas sobre un pequeño cuenco de arcilla o sobre
una roca, donde el sustrato está prácticamente al aire.
el Kusamono, que
consiste en los cultivos de plantas asociados al bonsái para indicar la
estación del año, también se cultiva sobre un pequeño cuenco colocado sobre una
antigua madera lacada.
el Bonsái, cultivo
de árboles obligados a contener su crecimiento.
El kokedamasiempre
se instala sobre un soporte mineral: pizarra negra, pizarra verde, cerámica o
bien sobre madera semipreciosa o madera petrificada. Esta combinación de
minerales y vegetales añade una nota muy moderna que hace referencia al jardín
Zen japonés. La disposición a veces muy básica de las plantas sobre la
esfera de musgo toma prestados los códigos del Ikebana, arte floral japonés.
Las composiciones son a la vez simples y muy gráficas. Musgo o musgos, ya que
se pueden usar diferentes especies de musgo, dando una forma muy natural.
El
mantenimiento:dependerá del tipo
de planta que se cultive, aunque hay unas normas generales y comunes a todos.
Exposición a la luz, abundante pero no directa, es una norma común a todo cultivo
de kokedama. La temperatura también irá en función de la planta concretamente
cultivada, pero en general habrá que huir de fuentes de calor y frío
artificiales, así como de las corrientes de aire.
El
kokedama se riega por inmersión de la bola de musgo en un recipiente, una vez
por semana en invierno y dos veces en verano o más dependiendo de la intensidad
del calor y el grado de humedad ambiente. En verano será aconsejable pulverizar
agua regularmente, con una botella nebulizadora, sobre la bola de musgo. El
abono siempre será líquido y disuelto en el agua de riego, dicha dilución se
hará con diez veces más agua de la recomendada por el fabricante para no quemar
el musgo ni las raíces de la planta.
Aquí te doy un
resumen de cómo hacerlo:
1.Prepara la mezcla:
Necesitarás sustrato universal o turba, tierra de akadama (o vermiculita como
sustituto), y humus de lombriz. Mezcla estos materiales hasta que puedas formar
una bola que no se rompa.
Prepara
la planta: Limpia las raíces de la planta que vas a usar, quitando la
tierra.
Forma
la bola: Cubre las raíces de la planta con la mezcla de sustrato,
formando una bola compacta.
Cubre
con musgo: Humedece musgo y cubre la bola de sustrato.
Asegura
el musgo: Usa hilo para sujetar el musgo a la bola, dándole la forma
deseada.
.
Cuidados del Kokedama
El
cuidado de un Kokedama es bastante sencillo, pero requiere atención a algunos
puntos clave:
Ubicación y Luz:
La mayoría de los Kokedamas
están pensados para plantas de interior, por lo que necesitan luz indirecta o filtrada. Evita el sol directo, ya que puede quemar
las hojas de la planta y resecar el musgo rápidamente.
Mantén tu Kokedama lejos de
fuentes de calor o frío extremo (como radiadores, aires acondicionados o
corrientes de aire fuertes), ya que los cambios bruscos de temperatura no
les sientan bien.
El musgo prefiere ambientes húmedos y sombríos, así
que una buena iluminación indirecta es clave para mantenerlo verde y
saludable.
Riego:
La forma más común y
efectiva de regar un Kokedama es por inmersión. Sumerge la bola de musgo
completamente en un recipiente con agua, a temperatura ambiente
(idealmente agua sin cloro, de lluvia o filtrada).
Deja el Kokedama sumergido
hasta que dejen de salir burbujas, lo que indica que el sustrato ha
absorbido suficiente agua. Esto suele tardar unos 5 a 10 minutos.
Una vez que las burbujas
cesen, retira el Kokedama y déjalo escurrir bien para eliminar el exceso
de agua antes de volver a colocarlo en su lugar. No lo aprietes para
escurrir.
La frecuencia del riego dependerá de la estación, la temperatura
ambiental y la planta. En general:
Primavera/Verano: 1 o 2 veces por semana, o cuando sientas
que la bola de musgo está ligera o seca al tacto.
Otoño/Invierno:
Cada 10 o 15 días, o cuando notes que el musgo está seco.